domingo, 22 de mayo de 2011

CUARTO MEDIO: Generación del 98 en España: Características

INSTITUTO NACIONAL  “JOSÉ MIGUEL CARRERA”
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
CUARTO MEDIO
Profesor Ramón Eduardo Moraga

Generación del 98 en España: Características

            En el último lustro del siglo XIX y debido a causas muy diversas entre sí –políticas. Espirituales, sicológicas, educacionales-, se produjo en España un cambio histórico que afectó a la estética literaria y a la orientación de la vida española. A esa considerable renovación y al grupo de sus más connotados protagonistas, se ha designado Generación 1898, denominación acuñada por el periodista español Gabriel Maura y Gamazo y más tarde recogida por Azorín en cuatro artículos aparecidos en 1913.

            El año 1898 marca un hito fundamental en la historia del espíritu español, debido a la vergonzosa derrota sufrida en la guerra contra Estados Unidos. El desastre provoca un agudo espíritu crítico de revisión de todos los valores consagrados por la tradición y un dramático afán de renovación interna. La Generación del 98 comprende “aquellos escritores cuyo ser y obras alcanzaron su expresión decisiva mediante el espíritu que produjeron los acontecimientos políticos de 1898 en España”. Según palabras de Azorín –uno de los integrantes de esta generación y quien difundió el concepto en el ámbito literario-, Generación de 1898 designa “un grupo de escritores cuya mentalidad se formó bajó la impresión de los acontecimientos políticos de ese año”. 

            En forma paralela a la Generación de 98, de carácter genuinamente español, se da el Modernismo, movimiento literario surgido en Hispanoamérica y estrechamente vinculado a España. Ambas orientaciones, aunque difieren de modo radical en las causas de origen y en los rasgos caracterizadores, significan una renovación total de la literatura española. El Modernismo se desarrolla principalmente en Hispanoamérica, pero como movimiento estético unifica a escritores de habla hispánica de ambos continentes. El 98 surge a raíz de problemáticas españolas y está integrado en forma exclusiva por autores peninsulares.

La Generación del 98, un fenómeno histórico, estético, literario y español.

            La Generación del 98 puede ser abordada desde diversos puntos de vista: histórico, estético, literario y español.

a.- La Generación del 98 como un proceso natural de la evolución histórica y social de España. De acuerdo con las ideas de Ortega y Gasset, las generaciones constituyen las unidades fundamentales y desencadenantes de los cambios de la historia del hombre, pues afectan a todos los individuos que existen en ese momento. Los sujetos realmente creadores de nuevas formas de vida constituyen la minoría de la generación, en cuyo centro se ubica, generalmente, el epónimo la figura más representativa y novedosa. El resto de los integrantes configura el grupo o masa generacional. Así considerada, la Generación del 98 pasaría a ser la pléyade selecta, es decir, la minoría, de una generación.

b.- La Generación del 98 como un acontecimiento estético y español. También puede ser enfocada como un grupo de hombres cuya sensibilidad vital les hace rechazar la estética vigente y la vida española de fines de siglo, oposición que se traduce en una visión espiritual, sincera y poética de la existencia. Además de los literatos –Unamuno, Baroja, Azorín, Machado, Maetzu-, se incluirían en este grupo los pintores Zuloaga, Rusiñol, el filólogo Menéndez Pidal y el música Manuel de Falla.

c.- El 98 como una generación literaria. Siguiendo las ideas de Julius Petersen expuestas en su obra Las Generaciones Literarias, Pedro Salinas y, más tarde,  Hans Jeschke definen al grupo de escritores del 98 como una “generación literaria”, pues en él se darían los rasgos determinados por Petersen: coincidencia cronológica de nacimiento, homogeneidad de educación, convivencia personal, vivencia de un acontecimiento histórico decisivo, la existencia de un caudillo ideológico, el anquilosamiento de la generación anterior, el lenguaje generacional.

d.- El 98 como un grupo afín ante la realidad nacional. Desde otra perspectiva, el 98 conforma una comunidad generacional con un modo específico de concebir e interpretar el problema histórico de España de fines del siglo XIX.

            Habría que añadir que no todos los integrantes estuvieron de acuerdo con la pertenencia a un grupo determinado. Así, Pío Baroja, en sus Divagaciones Apasionadas, rechaza la existencia de una generación: “Yo no creo que haya habido, ni que haya, una generación de 1898. Si la hay, yo no pertenezco a ella…Con 1898, época del desastre colonial, yo no me encuentro tener relación alguna. Ni yo colaboré en ella, ni tuve influencia en ella, ni cobré ningún sueldo de los Gobiernos de aquel tiempo ni de los que le han sucedido…Ni por tendencias políticas o literarias ni por el concepto de la vida y el arte, ni aun siquiera por la edad, hubo entre nosotros carácter de grupo. La única cosa común fue la protesta contra los políticos y los literatos de la Restauración. Una generación que no tiene puntos de vista comunes, ni aspiraciones iguales, ni solidaridad espiritual, no siquiera el nexo de la edad, no es generación, por eso la llamada generación de 1898 tiene más carácter de invento que de hecho real”. Pero en ocasiones, el mismo se contradice: “La generación nacida hacia 1870, tres o cuatro años antes, tres o cuatro años después, fue una generación lánguida y triste(…) Fue una generación excesivamente literaria. Creyó encontrarlo todo en los libros. No supo vivir (…) fue una generación más consciente que la anterior, y más digna; pretendió conocer lo que era España, lo que era Europa, y pretendió sanear el país…”

           

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