domingo, 22 de mayo de 2011

CUARTO MEDIO: Generación del 98 en España: Características

INSTITUTO NACIONAL  “JOSÉ MIGUEL CARRERA”
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
CUARTO MEDIO
Profesor Ramón Eduardo Moraga

Generación del 98 en España: Características

            En el último lustro del siglo XIX y debido a causas muy diversas entre sí –políticas. Espirituales, sicológicas, educacionales-, se produjo en España un cambio histórico que afectó a la estética literaria y a la orientación de la vida española. A esa considerable renovación y al grupo de sus más connotados protagonistas, se ha designado Generación 1898, denominación acuñada por el periodista español Gabriel Maura y Gamazo y más tarde recogida por Azorín en cuatro artículos aparecidos en 1913.

            El año 1898 marca un hito fundamental en la historia del espíritu español, debido a la vergonzosa derrota sufrida en la guerra contra Estados Unidos. El desastre provoca un agudo espíritu crítico de revisión de todos los valores consagrados por la tradición y un dramático afán de renovación interna. La Generación del 98 comprende “aquellos escritores cuyo ser y obras alcanzaron su expresión decisiva mediante el espíritu que produjeron los acontecimientos políticos de 1898 en España”. Según palabras de Azorín –uno de los integrantes de esta generación y quien difundió el concepto en el ámbito literario-, Generación de 1898 designa “un grupo de escritores cuya mentalidad se formó bajó la impresión de los acontecimientos políticos de ese año”. 

            En forma paralela a la Generación de 98, de carácter genuinamente español, se da el Modernismo, movimiento literario surgido en Hispanoamérica y estrechamente vinculado a España. Ambas orientaciones, aunque difieren de modo radical en las causas de origen y en los rasgos caracterizadores, significan una renovación total de la literatura española. El Modernismo se desarrolla principalmente en Hispanoamérica, pero como movimiento estético unifica a escritores de habla hispánica de ambos continentes. El 98 surge a raíz de problemáticas españolas y está integrado en forma exclusiva por autores peninsulares.

La Generación del 98, un fenómeno histórico, estético, literario y español.

            La Generación del 98 puede ser abordada desde diversos puntos de vista: histórico, estético, literario y español.

a.- La Generación del 98 como un proceso natural de la evolución histórica y social de España. De acuerdo con las ideas de Ortega y Gasset, las generaciones constituyen las unidades fundamentales y desencadenantes de los cambios de la historia del hombre, pues afectan a todos los individuos que existen en ese momento. Los sujetos realmente creadores de nuevas formas de vida constituyen la minoría de la generación, en cuyo centro se ubica, generalmente, el epónimo la figura más representativa y novedosa. El resto de los integrantes configura el grupo o masa generacional. Así considerada, la Generación del 98 pasaría a ser la pléyade selecta, es decir, la minoría, de una generación.

b.- La Generación del 98 como un acontecimiento estético y español. También puede ser enfocada como un grupo de hombres cuya sensibilidad vital les hace rechazar la estética vigente y la vida española de fines de siglo, oposición que se traduce en una visión espiritual, sincera y poética de la existencia. Además de los literatos –Unamuno, Baroja, Azorín, Machado, Maetzu-, se incluirían en este grupo los pintores Zuloaga, Rusiñol, el filólogo Menéndez Pidal y el música Manuel de Falla.

c.- El 98 como una generación literaria. Siguiendo las ideas de Julius Petersen expuestas en su obra Las Generaciones Literarias, Pedro Salinas y, más tarde,  Hans Jeschke definen al grupo de escritores del 98 como una “generación literaria”, pues en él se darían los rasgos determinados por Petersen: coincidencia cronológica de nacimiento, homogeneidad de educación, convivencia personal, vivencia de un acontecimiento histórico decisivo, la existencia de un caudillo ideológico, el anquilosamiento de la generación anterior, el lenguaje generacional.

d.- El 98 como un grupo afín ante la realidad nacional. Desde otra perspectiva, el 98 conforma una comunidad generacional con un modo específico de concebir e interpretar el problema histórico de España de fines del siglo XIX.

            Habría que añadir que no todos los integrantes estuvieron de acuerdo con la pertenencia a un grupo determinado. Así, Pío Baroja, en sus Divagaciones Apasionadas, rechaza la existencia de una generación: “Yo no creo que haya habido, ni que haya, una generación de 1898. Si la hay, yo no pertenezco a ella…Con 1898, época del desastre colonial, yo no me encuentro tener relación alguna. Ni yo colaboré en ella, ni tuve influencia en ella, ni cobré ningún sueldo de los Gobiernos de aquel tiempo ni de los que le han sucedido…Ni por tendencias políticas o literarias ni por el concepto de la vida y el arte, ni aun siquiera por la edad, hubo entre nosotros carácter de grupo. La única cosa común fue la protesta contra los políticos y los literatos de la Restauración. Una generación que no tiene puntos de vista comunes, ni aspiraciones iguales, ni solidaridad espiritual, no siquiera el nexo de la edad, no es generación, por eso la llamada generación de 1898 tiene más carácter de invento que de hecho real”. Pero en ocasiones, el mismo se contradice: “La generación nacida hacia 1870, tres o cuatro años antes, tres o cuatro años después, fue una generación lánguida y triste(…) Fue una generación excesivamente literaria. Creyó encontrarlo todo en los libros. No supo vivir (…) fue una generación más consciente que la anterior, y más digna; pretendió conocer lo que era España, lo que era Europa, y pretendió sanear el país…”

           

CUARTO MEDIO: Idea de las generaciones (Anexo al estudio de la Generación del 98 en España)

INSTITUTO NACIONAL "JOSÉ MIGUEL CARRERA"
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
CUARTO MEDIO
Profesor Ramón Eduardo Moraga

"La idea de las generaciones"
Ortega y Gasset


Lo que más importa a un sistema científico es que sea verdadero. Pero la exposición de un sistema científico impone a éste una nueva necesidad: además de ser verdadero es preciso que sea comprendido. No me refiero ahora a las dificultades que el pensamiento abstracto, sobre todo si innova, opone a la mente, sino a la comprensión de su tendencia profunda, de su intención ideológica, pudiera decirse, de su fisonomía.

Nuestro pensamiento pretende ser verdadero; esto es, reflejar con docilidad lo que las cosas son. Pero sería utópico y, por lo tanto, falso suponer que para lograr su pretensión el pensamiento se rige exclusivamente por las cosas, atendiendo sólo a su contextura. Si el filósofo se encontrase solo ante los objetos, la filosofía sería siempre una filosofía primitiva. Mas junto a las cosas, halla el investigador los pensamientos de los demás, todo el pasado de meditaciones humanas, senderos innumerables de exploraciones previas, huellas de rutas ensayadas al través de la eterna selva problemática que conserva su virginidad, no obstante su reiterada violación.

Todo ensayo filosófico atiende, pues, dos instancias: lo que las cosas son y lo que se ha pensado sobre ellas. Esta colaboración de las meditaciones precedentes le sirve, cuando menos, para evitar todo error ya cometido y da a la sucesión de los sistemas un carácter progresivo.

Ahora bien: el pensamiento de una época puede adoptar ante lo que ha sido pensado en otras épocas dos actitudes contrapuestas —especialmente respecto al pasado inmediato, que es siempre el más eficiente, y lleva en sí infartado, encapsulado, todo el pretérito—. Hay, en efecto, épocas en las cuales el pensamiento se considera a sí mismo como desarrollo de ideas germinadas anteriormente, y épocas que sienten el inmediato pasado como algo que es urgente reformar desde su raíz. Aquéllas son épocas de filosofía pacífica; éstas son épocas de filosofía beligerante, que aspira a destruir el pasado mediante su radical superación. Nuestra época es de este último tipo, si se entiende por "nuestra época" no la que acaba ahora, sino la que ahora empieza.

Cuando el pensamiento se ve forzado a adoptar una actitud beligerante contra el pasado inmediato, la colectividad intelectual queda escindida en dos grupos. De un lado, la gran masa mayoritaria de los que insisten en la ideología establecida; de otro, una escasa minoría de corazones de vanguardia, de almas alerta que vislumbran a lo lejos zonas de piel aún intacta. Esta minoría vive condenada a no ser bien entendida: los gestos que en ella provoca la visión de los nuevos paisajes no pueden ser rectamente interpretados por la masa de retaguardia que avanza a su zaga y aún no ha llegado a la altitud desde la cual la terra incognita se otea. De aquí que la minoría de avanzada viva en una situación de peligro ante el nuevo territorio que ha de conquistar el vulgo retardatario que hostiliza a su espalda. Mientras edifica lo nuevo, tiene que defenderse de lo viejo, manejando a un tiempo, como los reconstructores de Jerusalén, la azada y el asta.

Esta discrepancia es más honda y esencial de lo que suele creerse. Trataré de aclarar en qué sentido.
Por medio de la historia intentamos la comprensión de las variaciones que sobrevienen en el espíritu humano. Para ello necesitamos primero advertir que esas variaciones no son de un mismo rango. Ciertos fenómenos históricos dependen de otros más profundos, que, por su parte, son independientes de aquéllos. La idea de que todo influye en todo, de que todo depende de todo, es una vaga ponderación mística, que debe repugnar a quien desee resueltamente ver claro. No; el cuerpo de la realidad histórica posee una anatomía perfectamente jerarquizada, un orden de subordinación, de dependencia entre las diversas clases de hechos. Así, las transformaciones de orden industrial o político son poco profundas; dependen de las ideas, de las preferencias morales y estéticas que tengan los contemporáneos. Pero a su vez, ideología, gusto y moralidad no son más que consecuencias o especificaciones de la sensación radical ante la vida, de cómo se sienta la existencia en su integridad indiferenciada. Esta que llamaremos "sensibilidad vital" es el fenómeno primario en historia y lo primero que habríamos de definir para comprender una época.

Sin embargo, cuando la variación de la sensibilidad se produce sólo en algún individuo, no tiene trascendencia histórica. Han solido disputar sobre el área de la filosofía de la historia dos tendencias, que, a mi juicio, y sin que yo pretenda ahora desarrollar la cuestión son parejamente erróneas. Ha habido una interpretación colectivista y otra individualista de la realidad histórica. Para aquélla, el proceso sustantivo de la historia es obra de las muchedumbres difusas; para ésta, los agentes históricos son exclusivamente los individuos. El carácter activo, creador de la personalidad, es, en efecto, demasiado evidente para que pueda aceptarse la imagen colectivista de la historia. Las masas humanas son receptivas: se limitan a oponer su favor o su resistencia a los hombres de vida personal e iniciadora Mas, por otra parte, el individuo señero es una abstracción. Vida histórica es convivencia. La vida de la individualidad egregia consiste, precisamente, en una actuación omnímoda sobre la masa. No cabe, pues, separar los "héroes" de las masas. Se trata de una dualidad esencial al proceso histórico. La humanidad, en todos los estadios de su evolución, ha sido siempre una estructura funcional, en que los hombres más enérgicos —cualquiera que sea la forma de esta energía— han operado sobre las masas, dándoles una determinada configuración. Esto implica cierta comunidad básica entre los individuos superiores y la muchedumbre vulgar. Un individuo absolutamente heterogéneo a la masa no produciría sobre ésta efecto alguno; su obra resbalaría sobre el cuerpo social de la época sin suscitar en él la menor reacción; por tanto, sin insertarse en el proceso general histórico. En varia medida ha acontecido esto no pocas veces, y la historia debe anotar al margen de su texto principal la biografía de esos hombres "extravagantes". Como todas las demás disciplinas biológicas, tiene la historia un departamento destinado a los monstruos: una teratología.

Las variaciones de la sensibilidad vital que son decisivas en historia se presentan bajo la forma de generación. Una generación no es un puñado de hombres egregios, ni simplemente una masa: es como un nuevo cuerpo social íntegro, con su minoría selecta y su muchedumbre, que ha sido lanzado sobre el ámbito de la existencia con una trayectoria vital determinada. La generación, compromiso dinámico entre masa e individuo, es el concepto más importante de la historia, y, por decirlo así, el gozne sobre que ésta ejecuta sus movimientos.

Una generación es una variedad humana, en el sentido riguroso que dan a este término los naturalistas. Los miembros de ella vienen al mundo dotados de ciertos caracteres típicos, que les prestan fisonomía común, diferenciándolos de la generación anterior. Den de ese marco de identidad pueden ser los individuos del más diverso temple, hasta el punto de que, habiendo de vivir los unos junto a los otros, a fuer de contemporáneos, se sienten a veces como antagonistas. Pero bajo la más violenta contraposición de los pro y los anti descubre fácilmente la mirada una común filigrana. Unos y otros son hombres de su tiempo, y por mucho que se diferencien, se parecen más todavía. El reaccionario y el revolucionario del siglo XIX son mucho más afines entre sí que cualquiera de ellos con cualquiera de nosotros. Y es que, blancos o negros, pertenecen a una misma especie, y en nosotros, negros o blancos, se inicia otra distinta.

Más importante que los antagonismos del pro y el anti, dentro del ámbito de una generación, es la distancia permanente entre los individuos selectos y los vulgares. Frente a las doctrinas al uso que silencian o niegan esta evidente diferencia de rango histórico entre unos y otros hombres, se sentiría uno justamente incitado a exagerarla. Sin embargo, esas mismas diferencias de talla suponen que se atribuye a los individuos un mismo punto de partida, una línea común sobre la cual se elevan unos más, otros menos, y viene a representar el papel que el nivel del mar en topografía. Y, en efecto, cada generación representa una cierta altitud vital, desde la cual se siente la existencia de una manera determinada. Si tomamos en su conjunto la evolución de un pueblo, cada una de sus generaciones se nos presenta como un momento de su vitalidad, como una pulsación de su potencia histórica. Y cada pulsación tiene una fisonomía peculiar, única; es un latido impermutable en la serie del pulso, como lo es cada nota en el desarrollo de una melodía. Parejamente podemos imaginar a cada generación bajo la especie de un proyectil biológico (1), lanzado al espacio en un instante preciso, con una violencia y una dirección determinadas. De una y otra participan tanto sus elementos más valiosos como los más vulgares.

Mas con todo esto, claro es, no hacemos sino construir figuras o pintar ilustraciones que nos sirven para destacar el hecho verdaderamente positivo, donde la idea de generación confirma su realidad. Es ello simplemente que las generaciones nacen unas de otras, de suerte que la nueva se encuentra ya con las formas que a la existencia ha dado la anterior. Para cada generación, vivir es, pues, una faena de dos dimensiones, una de las cuales consiste en recibir lo vivido —ideas, valoraciones, instituciones, etc.— por la antecedente; la otra, dejar fluir su propia espontaneidad. Su actitud no puede ser la misma ante lo propio que ante lo recibido. Lo hecho por otros, ejecutado, perfecto, en el sentido de concluso, se adelanta hacia nosotros con una unción particular: aparece como consagrado, y, puesto que no lo hemos labrado nosotros, tendemos a creer que no ha sido obra de nadie, sino que es la realidad misma. Hay un momento en que las ideas de nuestros maestros no nos parecen opiniones de unos hombres determinados, sino la verdad misma, anónimamente descendida sobre la tierra. En cambio, nuestra sensibilidad espontánea, lo que vamos pensando y sintiendo de nuestro propio peculio, no se nos presenta nunca concluido, completo y rígido, como una cosa definitiva, sino que es una fluencia íntima de materia menos resistente. Esta desventaja queda compensada por la mayor jugosidad y adaptación a nuestro carácter, que tiene siempre lo espontáneo.

El espíritu de cada generación depende de la ecuación que esos dos ingredientes formen, de la actitud que ante cada uno de ellos adopte la mayoría de sus individuos. ¿Se entregará a lo recibido, desoyendo las íntimas voces de lo espontáneo? ¿Será fiel a éstas e indócil a la autoridad del pasado? Ha habido generaciones que sintieron una suficiente homogeneidad entre lo recibido y lo propio. Entonces se vive en épocas cumulativas. Otras veces han sentido una profunda heterogeneidad entre ambos elementos, y sobrevinieron épocas eliminatorias y polémicas, generaciones de combate. En las primeras, los nuevos jóvenes, solidarizados con los viejos, se supeditan a ellos: en la política, en la ciencia, en las artes siguen dirigiendo los ancianos. Son tiempos de viejos. En las segundas, como no se trata de conservar y acumular, sino de arrumbar y sustituir, los viejos quedan barridos por los mozos. Son tiempos de jóvenes, edades de iniciación y beligerancia constructiva.

Este ritmo de épocas de senectud y épocas de juventud es un fenómeno tan patente a lo largo de la historia, que sorprende no hallarlo advertido por todo el mundo. La razón de esta inadvertencia está en que no se ha intentado aún formalmente la instauración de una nueva disciplina científica, que podría llamarse metahistoria, la cual sería a las historias concretas lo que es la fisiología a la clínica. Una de las más curiosas investigaciones metahistóricas consistiría en el descubrimiento de los grandes ritmos históricos. Porque hay otros no menos evidentes y fundamentales que el antedicho; por ejemplo, el ritmo sexual. Se insinúa, en efecto, una pendulación en la historia de épocas sometidas al influjo predominante del varón a épocas subyugadas por la influencia femenina. Muchas instituciones, usos, ideas, mitos, hasta ahora inexplicados, se aclaran de manera sorprendente cuando se cae en la cuenta de que ciertas épocas han sido regidas, modeladas por la supremacía de la mujer. Pero no es ahora ocasión adecuada para internarse en esta cuestión.

(1) Los términos "biología, biológico" se usan en este libro —cuando no se hace especial salvedad— para designar la ciencia de la vida, entendiendo por ésta una realidad con respecto a la cual las diferencias entre alma y cuerpo son secundarias.
[Este ensayo, "Idea de las generaciones", es la primera parte de El tema de nuestro tiempo, 1923]

CUARTO MEDIO: Generación de 1898

INSTITUTO NACIONAL “JOSÉ MIGUEL CARRERA”
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
CUARTO MEDIO
Profesor Ramón Eduardo Moraga

Generación del 98: Idea de generación

            Anterior al estudio de la Generación del 98 española, es importante revisar el concepto de generación.

            La determinación del concepto de generación ha llevado al problema del origen: de la constitución y de la evolución de las generaciones en la historia.

            En 1866, Guillermo Dilthey abordó el tema de las generaciones literarias en un estudio acerca del poeta romántico alemán Novalis. Según Dilthey, son dos los factores constitutivos de una generación:

A.- El patrimonio de la cultura anterior, conformado por todas las ideas, usos sociales, creencias, convicciones, con las que la nueva generación se encuentra en su etapa de formación.
B.- El ambiente de circunstancias actuales: “la vida circundante”, “las relaciones que forman la realidad”, “los estados sociales y políticos”.

            Bajo estas dos condiciones nace un grupo humano que impone sus innovaciones a la cultura de una época.

            Posteriormente, las ideas de Dilthey fueron analizadas y ampliadas por otros estudiosos: Wilhelm Pinder, Julius Petersen, Hans Jeschke, José Ortega y Gasset, Julián Marías, Pedro Laín Entralgo y otros. En términos generales, todos coinciden en ciertos componentes básicos de una generación histórica:

a.- El nacimiento en una fecha aproximadamente igual (coetaneidad), que involucra vivencias comunes en un tiempo limitado y en un espacio determinado.
b.- Las vivencias generacionales que crean las relaciones internas entre individuos que se encuentran en la misma trayectoria existencial.

Estas dos características permiten afirmar que una generación requiere un estrecho círculo de convivencia –comunidad de edad y comunidad de espacio- para que se establezca el contacto espiritual entre sus miembros.

c.- La configuración de nuevas imágenes de mundo en los ámbitos del saber, de la técnica, de las costumbres, de las creencias, del arte, de la generación dominante en un determinado momento de la historia. Las predisposiciones creadoras se manifiestan en el ámbito interno de los coetáneos y plasman las orientaciones vigentes de una época como expresión temporal.

d.- La figura del epónimo o líder. Quien por sus condiciones genuinas de innovador de formas de vida y de arte, concentra los rasgos sustantivos del período ( en el caso del Modernismo, Rubén Darío, por ejemplo).

Hans Jeschke, en su ensayo La Generación de 1898 en España, considera que, fuera de los factores determinantes de una generación, un acontecimiento decisivo (como un conflicto bélico, un desastre nacional, una ideología novedosa) puede influir como factor desencadenante en la formación de una generación. En Chile, por ejemplo, la Generación de 1938 se aglutinó en torno a acontecimientos políticos y sociales vigentes en nuestro país en esos años.

Para José Ortega y Gasset, la generación en un ingrediente constitutivo y básico de la evolución histórica y social del hombre. Considera que la vida es un proyecto, una posibilidad de ser, una constante creación y recreación. Esto, debido a que estamos en le dinamismo del tiempo y no estáticos y detenidos como un objeto. Ahora bien, el hombre no es un ente aislado, sino que habita en una sociedad, constituida por grupos humanos de diferentes edades. Si pensamos que la vida es cambio constante , renovación, y que todo individuo forma parte integral de una sociedad, entonces tenemos que en cada momento histórico se da una coexistencia de generaciones y una sucesión temporal de ellas. En otras palabras, en todo presente hay distintos grupos generacionales de edades diversas. Podríamos decir que una actualidad histórica encubre tres dimensiones vitales: los jóvenes, los adultos y los ancianos.

Estas dimensiones de vida coexisten en el mismo tiempo y atmósfera. Son contemporáneas. Pero cada una de ellas coincide en experiencia de vida y acción solo con sus coetáneos, es decir, con los de edad semejante. A medida que una sociedad avanza en le tiempo, nuevas generaciones nacen unas de otras, provocando el cambio histórico constante. De este modo, una generación es contemporánea con otras y se ubica, dentro del dinamismo de la historia, entre otras dos: una que la antecede y otra que la sucede.

Por su parte, Julius Petersen determina para una generación literaria otros rasgos fuera de los mencionados: el anquilosamiento de la generación anterior, y una lenguaje generacional, formado por peculiaridades expresivas, lingüísticas, de construcción sintáctica y de léxico. Con razón, Pío Baroja pensaba que toda generación es desinfectante con respecto a la que la precede e infecciosa con respecto a la que la sigue.

SEGUNDO MEDIO. Discurso Expositivo: Modos de organización

INSTITUTO NACIONAL "JOSÉ MIGUEL CARRERA"
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
PROFESOR RAMÓN EDUARDO MORAGA

Discurso expositivo: Formas de organización

            Los modos de organización del texto se pueden realizar por medio de diferentes estructuras, considerando el sentido del discurso expositivo y su respectivo tema. Dentro las formas organizativas tenemos:

a- Deductivo (analizante): La idea principal se enuncia al comienzo y, a continuación, se explica, demuestra o desarrolla. El orden representado de lo más general a  lo más particular.

Ejemplo 1: Animales -> mamíferos-> Delfín.

Ejemplo 2: La ingeniería genética es una de las más grandes e influyentes revoluciones científicas del siglo XX. Es una ciencia que ha trascendido los muros de los laboratorios de investigaciones e impactando en la sociedad tecnificada, no solo en este aspecto, sino también ene. Ético. El descubrimiento de los genes de algunas enfermedades y la posibilidad futura de manipular el genoma humano, son ejemplos de ello”.

b- Inductivo (sintetizante): Las primeras oraciones exponen características, detalles o ejemplos que prepararán la conclusión o la idea principal. El orden representado va de lo más particular a lo más general.

Ejemplo 1: Delfín -> Mamíferos-> Animales

Ejemplo 2: El primer uso de los plásticos fue servir de sustituto a materiales naturales como el metal, la piel, la goma, etc. Los teléfonos se empezaron a hacer de un plástico llamado "bakelite"; las suelas de los zapatos y, más adelante, la parte superior de los mismos se empezaron a confeccionar con diversos sustitutos de la goma y la piel; la Segunda Guerra Mundial supuso el desarrollo de neumáticos y llantas de una goma especial (goma "butly"). Aunque se llame "goma", los objetos fabricados con "butly" eran, y son, totalmente sintéticos. Sin el plástico no tendríamos muchas de las cosas que nos son habituales: no dispondríamos de varios tipos importantes de aislamiento eléctrico ni de la amplia diversidad de películas fotográficas existentes hoy en día. Si miramos atrás, podemos ver cómo nuestras vidas han cambiado gracias a los plásticos.

c- Comparación o contraste: Los contenidos se organizan sobre la base de semejanzas o diferencias entre la información expuesta con el fin de explicarla claramente.

Ejemplo: Con un sistema similar al utilizado por las niñas araña, Maite Orsini de 22, entró a un condominio escalando hasta una pieza para realizar la broma”

Marcador de semejanza: asimismo, de la misma manera, similarmente, etc.
Marcador de contraste: sin embargo, en cambio, a diferencia de, etc.

d- Problema solución: Se parte de una interrogante o problema, para posteriormente exponer sus posibles soluciones.

Ejemplo: “En medicina, el "hipo" se conoce con el nombre de singulto y se considera como una reacción transitoria de nuestro organismo, en la mayoría de los casos benigno. Casi todos los casos de hipo duran sólo unos minutos, pero algunos episodios pueden durar días o semanas.
Dentro de las medidas o sugerencias para solucionar este problema tenemos el consumo de una cucharadita de azúcar, de esta manera producimos una sobrecarga en las terminales nerviosas de la lengua. Otra medida sería ocasionar un susto a la persona con hipo, poniendo en jaque al meticuloso nervio vago.”

e-  Causa – consecuencia: se analiza el tema expuesto mostrando las causas que lo producen y las consecuencias que de él se derivan.

Ejemplo: “El singulto o hipo es un espasmo involuntario del diafragma. El repentino flujo de aire dentro de los pulmones, causa que la epiglotis se cierre, creando el conocido "hip". Pero esta no es la única causa del hipo, también se puede producir por un fallo en el duodeno.”

Marcadores o conectores causales: porque, ya que, pues, debido a, etc.
                                       consecutivos: por consiguiente, por lo tanto, etc.

f- Secuencial: Este tipo de organización apela a la secuencialidad de la información que se entrega. Frecuentemente, se expone la información como si fuera un proceso, integrado por una serie de pasos.

Ejemplo: “En la evolución del turismo se distinguen tres grandes fases. En los años cincuenta y sesenta se inicia un flujo masivo de turistas europeos hacia las costas mediterráneas. Años después, en la década de los setenta, el bajo costo del transporte aéreo produjo una ampliación de los espacios turísticos. Y en las últimas décadas se han desarrollado nuevas formas, como el turismo cultural y ecológico”.

Marcadores textuales: en primer lugar, después, a continuación, por último, etc.

g- Enumeración descriptiva: se describen los rasgos o propiedades de un objeto o fenómeno.
Marcadores espaciales: arriba, abajo, a la izquierda, detrás, a la derecha, a ambos lados, etc.

Ejemplo: “La molécula de ADN está formada por una doble hélice, es decir, dos largos hilos (de 180 cm de largo en el hombre) perfectamente enrollados. Cada hilo se construye a partir de una secuencia de cuatro bases nucleicas: adenina (A), guanina (G), citosina (C) y tinina (T), las cuales representan las letras moleculares del mensaje genético (A.G.C.T.)

domingo, 8 de mayo de 2011

SÉPTIMO BÁSICO: El editorial

LICEO Nº1 "JAVIERA CARRERA"
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
SÉPTIMO BÁSICO
Profesor Ramón Eduardo Moraga

El Editorial

            Es el texto en el que se expresa la opinión institucional o corporativa oficial del medio respecto de diversos asuntos de interés público. Se encuentra, por lo general, en las primeras páginas del diario.

            Dentro de los géneros periodísticos, pertenece a los géneros de opinión.

            Los lectores que siguen el diario se orientan por su línea editorial ya que el autor interpreta los hechos noticiosos, da a conocer de manera abierta sus planteamientos ideológicos.

            El editorial no lleva firma, pues el lector sabe que es la opinión oficial del medio. En caso de queja sobre algún juicio emitido, el lector deberá dirigirla al director del medio que figura como el responsable.

            Estos textos son redactados por encargo del director de prensa a un periodista especializado sobre el tema a opinar (económico, político, educacional, energético, social, cultural, etc.) En el caso de un medio de prensa pequeño, el editorial es escrito por el director del propio medio.

            Se caracteriza por su brevedad y suele estar escrito en tercera persona, ya que expresa la opinión colectiva del periódico o revista. En general consta de tres partes: presentación del tema, análisis e interpretación y postura frente al tema expuesto.

TERCERO MEDIO: LA FALACIA (anexo)

INSTITUTO NACIONAL “JOSÉ MIGUEL CARRERA”
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
TERCERO MEDIO
Profesor Ramón Eduardo Moraga

 La Falacia

            Los argumentos sirven, como sabemos,  para sostener la verdad de una conclusión. Con frecuencia, sine embargo, los construimos mal, con lo que su finalidad no se alcanza. También con frecuencia, empleamos argumentos aparentes con el fin de engañar, distraer al adversario o descalificarlo. A todas las formas de argumentación que encierran errores o persiguen fines espurios, los llamamos falacias. El término procede del latín  fallatia, que significa engaño, y lo empleamos como sinónimo de sofisma, palabra que acuñaron los griegos para designar el argumento engañoso.

            Ya se ve que la terminología es imprecisa porque mezcla errores de razonamiento (por ejemplo una generalización precipitada), con maniobras extra-argumentales (por ejemplo un ataque personal), e incluye también los falsos argumentos que se emplean con la intención de engañar o desviar la atención (por ejemplo la falacia ad ignorantiam, la pista falsa o las apelaciones emocionales). Todos tienen una cosa en común: adoptan la apariencia de un argumento e inducen a aceptar una proposición que no está debidamente justificada. Unas veces nos engaña nuestro juicio y otras las mañas de nuestro interlocutor.

            Ocurre con las falacias como con los dioses del panteón greco-romano: son tantas y con parentescos tan embrollados que cualquier intento de clasificación resulta inútil. Desde que Aristóteles redactara sus Refutaciones Sofísticas hasta hoy, no han aparecido dos libros sobre esta materia que recogieron el mismo ordenamiento. Es mucho más fácil clasificar insectos porque plantean menos problemas conceptuales y están mejor definidos. Los fallos argumentales, por el contrario, son escurridizos y ubicuos: un mismo error puede constituir varios sofismas a la vez.

¿De dónde proceden nuestros escasos errores y los infinitos de los oponentes?

Las falacias con que tropezamos habitualmente se pueden atribuir a cuatro fuentes o tipos de error, de los que derivan todas:
-          Abandonar la racionalidad: Se producen de varias maneras: 1- cuando nos negamos escuchar argumentos que pudieran obligarnos a modificar una opinión que estimamos irrenunciable, es decir, cuando no estamos dispuestos a ser convencidos. Asó ocurre, por ejemplo en la falacia ad baculum y en la falacia ad verecundiam. 2- cuando disfrazamos la realidad con triquiñuelas como la ambigüedad o las preguntas múltiples. 3- cuando tomamos la exigencia de la prueba como una cuestión personal y respondemos desviando la cuestión con un ataque personal, o una pista falsa. 
-          Eludir la cuestión en litigio: Lo más importante en cualquier discusión es saber de qué se discute. Son muy frecuentes los errores motivados porque se abandona (o permitimos que se abandone) la cuestión para producir otro debate. Cuando esto sucede decimos que se incurre en una falacia de Eludir la cuestión. Se trata de una maniobra que caracteriza el Ataque personal, la falacia casuística, la Pista falsa y las apelaciones emocionales del Sofisma patético.
-          No respaldar lo que se afirma: Quien sostiene una afirmación contrae dos obligaciones: no eludir la carga de la prueba y aportar razones suficientes. Se incurre en argumentación falaz tanto cuando no se sostiene lo que se afirma (falacias del Non sequitur, la afirmación gratuita, o la Petición de principios), como cuando se traslada la carga de la prueba, que es el caso de la falacia ad ignorantiam.
-          Olvidos y confusiones: Aquí se agrupan los fallos propiamente lógicos, aquellos en que olvidamos alternativas o confundimos conceptos. Si un jugador de ajedrez responde siempre con el primer movimiento que le viene a la cabeza, cometerá errores sin número por olvido de alternativas. Del mismo modo, si confunde un gambito con el enroque, tampoco llegará muy lejos.

El olvido de alternativas es la madre de numerosas falacias y se da con muchísima frecuencia, por ejemplo, en las generalizaciones y disyunciones.

La confusión de conceptos es otra madre de falacias y deriva de nuestros errores al diferenciar ideas como esencia y accidente, regla y excepción, todo y parte, absoluto y relativo, continuo y cambio, de lo que surgen las falacias del Accidente, del Secundum quid, de composición, y del Continum.


El ataque a la falacia

            Nos pasa con los sofismas lo que con los juegos de manos: aunque sabemos que hay un truco no podemos explicarlo. Cada sofisma, como veremos, requiere una respuesta peculiar, pero se puede señalar algunas sugerencias generales.

·          La mejor forma de combatir un mal argumento es dejar que se hunda solo. Para ello lo más sencillo es reconstruirlo en su forma estándar, con lo que sobresaldrán sus contradicciones o sus carencias.
·          Lo peor que se puede hacer es emplear la palabra falacia o agitar latinajos. A nadie le gusta que le acusen de falaz. Es un término cuasi insultante que tal vez suscite algún arrepentimiento contrito pero que, generalmente, provoca un contrataque feroz e irracional que puede intuir el debate. Existen vías más sutiles para informar a los contrincantes de que han resbalado en su razonamiento. No merece la pena malgastar tiempo en una descripción técnica del error que, como los latines, no entenderá nadie. Es mejor limitarse a señalar el fallo en las premisas, la conclusión o la inferencia.
·          Siempre son muy eficaces los ejemplos, especialmente cuando son absurdos. Aquí hemos procurado facilitar una abundantísima munición que se puede utilizar como está o inspirarse en ella para fabricar otros.

·          Con mucha frecuencia un mismo error puede ser clasificado en diversos modelos de falacias. Determinado ataque personal, por ejemplo, pudiera considerarse como falacia ad hominem, ad consecuentiam, ad verecundiam, ad populum, pista falsa, sofisma patético o apelación al tu quoque. No tendría sentido enumerarlas. Lo más eficaz es limitarse a denunciar aquella que parezca más flagrante, esto es, más comprensible para la audiencia.

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**Documento reciclado




martes, 3 de mayo de 2011

TERCERO MEDIO: ARGUMENTACIÓN: Guía teórica 3

INSTITUTO NACIONAL "JOSÉ MIGUEL CARRERA"
LENGUA CASTELLANA Y COMUNICACIÓN
TECERO MEDIO
Profesor Ramón Eduardo Moraga

Unidad I: Argumentación
“Argumentación ideal y falacias”

            En el módulo anterior aprendimos los diversos modos de razonamiento y clasificamos sus argumentos. A continuación, conoceremos las reglas de una buena argumentación, y la manera de no caer en errores argumentativos.

IV- FALACIAS ARGUMENTATIVAS

            Las falacias o falsas argumentaciones son errores que infringen las reglas del buen comportamiento del acto argumentativo; se trata de inferencias que no son válidas, pero que cuya forma recuerda a las de las argumentaciones válidas. Son argumentos que no tienen relación con las tesis puestas en discusión y se los utiliza en las argumentaciones cotidianas: insultar a alguien, amenazarlo, tratarlo de incompetente; pueden servir, además, para obligar al interlocutor a aceptar la validez de una tesis inconsistente. Algunas falacias afectan al aspecto lingüístico propiamente tal, como ambigüedad, incomprensibilidad de los enunciados, ausencia de significados tras enunciados aparentemente significativos; otras se basan en la manipulación de los hechos.

Reglas para una argumentación ideal

            Según Lo Cascio, Van Eemeren y Grootendorst postulan una tipología de las falacias, presentándolas como infracciones a ciertas reglas en las que debe basarse toda buena argumentación. Según estos autores, es importante considerar estas prescripciones de comportamiento argumentativo correcto para así poder valorar la estructura y validez de los argumentos. Las diez reglas consideradas por estos autores son las siguientes:

1. Las partes involucradas en la disputa no deben crearse impedimentos recíprocamente.

2. Una persona que expresa una opinión debe estar dispuesta a defenderla si se lo piden.

3. Un ataque a una argumentación debe centrarse en la tesis que ha anunciado el protagonista, sin desviar el discurso, sin presentar la tesis de forma diferente y sin actuar de forma que se le atribuya al antagonista una tesis diferente de la que sostiene.

4. Una tesis debe defenderse solo con argumentos relacionados con ella y que no tengan imbricaciones con otra.

5. Una persona debe aceptar las consecuencias y la existencia de las premisas que deja implícitas y, en consecuencia, debe aceptar que se le ataque en terreno de éstas.

6. Una tesis puede considerarse defendida de forma adecuada si se basa en argumentos pertenecientes a un punto de partida común.

7. Una tesis puede considerarse defendida de forma adecuada si la defensa se desarrolla con el uso de argumentos que reflejan y respetan la praxis y el esquema argumentativo comúnmente aceptados.

8. Los argumentos usados en una discusión deben ser o haberse vuelto válidos, haciendo explícitas algunas de las premisas que quedaban implícitas.

9. Una defensa perdedora debe tener como consecuencia que el sujeto argumentante acepte cambiar su posición, mientras que una defensa vencedora debe tener por consecuencia que el antagonista cambie su posición y retire sus dudas sobre la tesis defendida por el sujeto argumentante.

10. La formulación de la tesis, de las posiciones recíprocas y de los argumentos debe ser lo más clara y comprensible posible.



Otros criterios para evaluar la argumentación

A. Blair y R. H. Johnson, dos teóricos de la argumentación, propusieron tres criterios para evaluar si una argumentación es o no defectuosa: aceptabilidad, relevancia y suficiencia. Estos serán definidos a continuación:

- Aceptabilidad: los argumentos deben ser “creíbles”, es decir, tienen que ser fácilmente aceptados por la audiencia o estar basados en evidencia sólida.

- Relevancia: los argumentos deben ser coherentes con el punto de vista, por ejemplo, no puedo decir “El amor es bello porque las esculturas del dios Eros son bellas”, en este caso ¿qué relación tiene la belleza de una escultura (aunque sea de Eros, dios del amor) con la caracterización de un sentimiento? En el ejemplo, el argumento “porque las esculturas del dios Eros son bellas” no es relevante para fundamentar el punto de vista “El amor es bello”.

- Suficiencia: el número de argumentos debe ser suficiente para defender el punto de vista. Como la argumentación tiene carácter dialógico, el número de argumentos “suficientes” va a depender de la situación de enunciación: si con un argumento se convence al oponente, un argumento será suficiente, pero si el oponente lo refuta, es necesario dar más. (todos los que sean necesarios).

El no cumplir con alguno de estos criterios lleva a cometer falacias.

Clasificación de las falacias

Como hemos visto, las falacias son razonamientos erróneos o falsos, puede incurrirse en ellos por ignorancia o voluntariamente, como un modo de convencer mediante la razón. Las falacias pueden clasificarse de la siguiente manera:

A- Descalificación: desacreditar un argumento, descalificando a la persona que lo formula

A.1.Ataque personal directo (Ad Hominem-Ofensivo): descalificar la personalidad del oponente. Ej”NO DEBEMOS ESCUCHAR LO QUE ÉL PROPONE, TODOS SABEMOS QUE ES HOMOSEXUAL”. La opción sexual de una persona no afecta en nada su credibilidad y no tiene relación alguna con la aceptabilidad de un punto de vista.

A.2. Ataque personal indirecto (Circunstancial): descalificar a una persona en virtud de las situaciones especiales en que se encuentra. “ES LÓGICO QUE VA A ESTAR EN DESACUERDO CON QUE SE ELIMINE LA PARTICIPACIÓN DE LOS ALUMNOS EN EL DIRECTORIO DEL COLEGIO, SI ES UN ALUMNO”. Lo que se hace aquí es argumentar apoyándose en las condiciones en que se encuentra la persona y no en los argumentos que da en defensa de su punto de vista. Siempre es posible que alguien tenga “intereses creados”, pero para evaluar una argumentación debemos centrarnos en la calidad de sus razones y no en otros aspectos imposibles de evaluar objetivamente.

A.3. Envenenar el pozo: descalificamos directamente al oponente antes de que emita su opinión, de tal forma que su defensa se vuelve imposible. No se quiere dejar agua para cuando llegue el contrincante. Pretende negar que esté calificado para que dé una opinión. Por ejemplo: “No debemos aceptar el punto de vista del periodista. Es sabido que los periodistas tergiversan las noticias de acuerdo con la conveniencia del medio al cual representan”.  Lo que aquí se señala es que quién sostiene el punto de vista es un “mentiroso”, con lo que anulamos cualquier posibilidad de aceptar lo que se dice. Lo que se hace es atacar a la persona (además basado en una generalización) en vez de mostrar las debilidades de su argumentación.

B- Apelar a la ignorancia (ad ignorantiam): Consiste en defender la verdad o falsedad de un enunciado basándose en la idea de que nadie ha probado lo contrario. Ejemplo: “LOS EXTRATERRESTRES EXISTEN PORQUE NADIE HA PROBADO LO CONTRARIO”.

C- Apelar a la autoridad: Constituye una falacia cuando se tergiversa la intención de las palabras o se cita a un personaje que no tiene nada que ver con el asunto tratado o con esa esfera del conocimiento.

C.1 A la autoridad de una persona: se utiliza el prestigio de una persona conocida o famosa. Ejemplo: “Esta dieta es muy saludable. Lo dice Nicole Kidman”. Nicole Kidman puede verse saludable (y bella), pero no es una entendida en nutrición.

C.2. Al consenso (ad populum): apelar a la opinión de las mayorías. Por ejemplo: “La mayoría de las personas está de acuerdo con un toque de queda para adolescentes, por lo tanto debe sEr impuesto legalmente”. El que la mayoría tenga una determinada opinión, no hace que esa opinión sea la más razonable.

D. Apelar a la misericordia(ad misericordiam): en reemplazo de razones que apoyan la tesis, se apela a la bondad de la persona. Consiste en apelar a la piedad para lograr el asentimiento cuando se carece de argumentos. Trata de forzar al adversario jugando con su compasión (o la del público), no para complementar las razones de una opinión, sino para sustituirlas. Ejemplo: “Sin embargo, el Presidente Lagos y sus ministros no vacilan en aplicar sus recetas a expensas de empeorar la situación de los más pobres (se recurre a los sentimientos)

E. Apelar al temor (ad baculum): Se hacen uso de amenazas o amedrentamientos de forma implícita. Por Ejemplo: “Creo que nadie estará en desacuerdo conmigo. ¿O piensan que no debo aprobarlos en el examen”. Dicho por un profesor, es más una amenaza que un argumento.

F. Pregunta Compleja: Implica formular preguntas que suponen la aceptación de una información previa. Ejemplo: ¿Cómo hace usted para evadir los impuestos? En la pregunta se da por hecho que la persona evade impuestos, sin corroborar que realmente lo hace.

G. Accidente y accidente inverso: Utilización incorrecta del los modos de razonamientos deductivos e inductivos.

G1. Regla general para caso particular: Obedece a la idea de deducir impropiamente una aplicación de una regla general a un caso particular que no se ajusta a ella. Ejemplo: “TODAS LAS AVES TIENEN PLUMAS. EL PINGÜINO NO TIENE PLUMAS. EL PINGÜINO NO ES AVE.”

G.2. Generalización apresurada: Consiste en utilizar incorrectamente el razonamiento inductivo, enunciando una regla general a partir de las excepciones. Ejemplo: “PEDRO ES UN GRAN CONQUISTADOR Y ES TARTAMUDO. TODOS LOS TARTAMUDOS SON GRANDES CONQUISTADORES”.
                                                                                                                       
H. Causa falsa (Non causa pro causa): Consiste en establecer como causa de un hecho aquello que lo precede inmediatamente en el tiempo. Ejemplo: “EL VIERNES ME INTERNARON EN EL HOSPITAL, EL SÁBADO MI PERRO ENFERMÓ Y EL DOMINGO MURIÓ. MI PERRO MURIO DE PENA PORQUE YO NO ESTABA CON ÉL”.

I. Petición de principios (Petitio principi –tautología- circularidad): argumentamos a favor de nuestro punto de vista, entregando una razón que es equivalente a este. En otras palabras, uso los mismos principios que se tratan de fundamentar. Ejemplo: “ES IMPOSIBLE QUE ANA ME AME, PORQUE ES ALGO QUE NO PUEDE OCURRIR”.

J. Premisa contradictoria (Ignorantio elenchi): una afirmación usada como apoyo es incompatible con lo que se afirma en otra expresión, también usada como apoyo. Ejemplo: “Yo creo que los alumnos tienen derecho a elegir libremente a sus representantes para el centro de alumnos; ya que es algo que solo los estudiantes pueden decidir. Pero, naturalmente, yo estoy de acuerdo con el reglamento establecido por el director del colegio, en el sentido de que para participar solo deben ser escogidos los alumnos más aplicados”.

K. Equivoco: Consiste en utilizar una palabra o frase con distintos sentidos dentro de un mismo razonamiento, lo que genera obviamente conclusiones falsas. Ejemplo: “LA MUERTE ES EL FIN (TÉRMINO) DE LA VIDA, POR LO TANTO, TODA VIDA DEBE TENER COMO FIN (OBJETIVO) LA MUERTE”.

L. Ambigüedad (Anfibología): Aparece cuando se argumenta a partir de premisas cuya formulación es ambigua o confusa debido a una redacción descuidada. La premisa es falsa en un sentido y en otro no. Esto ocurre especialmente en los titulares de los diarios, donde por razones de estilo o para lograr mayor sensacionalismo, se incurre en ambigüedades como:”ABUELITA ASESINA DELINCUENTE”.

M. Falsa analogía: comparar situaciones diferentes como si se tratara de la misma. Ejemplo: “¡POR QUÉ LOS ESTUDIANTES NO PODEMOS CONSULTAR LOS LIBROS MIENTRAS RENDIMOS LOS EXAMENES? Los médicos consultan sus libros para recetar algún medicamento y los abogados, los códigos para preparar su defensa”

TERCERO MEDIO: ARGUMENTACIÓN, Guía teórica I

INSTITUTO NACIONAL “JOSÉ MIGUEL CARRERA”
LENGUA CASTELLANA Y COMUNICACIÓN
TERCERO MEDIO
Profesor Ramón Eduardo Moraga

Unidad I: La Argumentación


I- ELEMENTOS DE LA ARGUMENTACIÓN O MARCO GENERAL.

Generalidades

Toda forma de pensamiento debe tener una validación, nada se explica por sí solo ni por imposiciones, eso es una regla de pensamiento. Así como también, que ningún paradigma es absoluto y por tanto esté ajeno a una discusión.

Convencer no es fácil, pero si se siguen una serie de estrategias y principios posibilita la eficacia de nuestros planteamientos.

En esencia, una argumentación es un modo de razonamiento, es decir, una forma de pensar, de opinar sobre algo; es una manera de legitimar las creencias y los comportamientos. La argumentación intenta influir, transformar o reforzar las ideas o las formas de actuar (conscientes o inconscientes) de la persona o personas que constituyen su objetivo.

Por lo tanto, comprendemos por argumentación como un razonamiento que se emplea para probar o demostrar una proposición, o bien para convencer a alguien de aquello que se afirma o se niega.

En esta, la primera unidad, trabajaremos este importantísimo discurso, mediante la explicación y ejercitación de los siguientes conceptos.



 Marco General
Estructura interna
Etapas de la argumentación
- Modalidad
- Tema
- Participantes
- Contexto
- Tesis
- Base
- Garantía
- Respaldo
- Introducción
- Desarrollo
- Conclusión


MARCO GENERAL

Como todo acto comunicativo existen una serie de variables que limitan su efectividad. Tales condicionantes se remiten a las siguientes:

A. MODALIDAD

El canal, el medio por el cual se transmite el mensaje, nos dirá cómo se realiza la argumentación, lo que será de gran importancia a la hora de evaluar su calidad. Puede tratarse de situaciones comunicativas orales o escritas o bien a través de los medios de comunicación social.

Así también, el que sea preparada o espontánea delimita aspectos tales como sus grado de generalidad o especificidad, formalidad o coloquialidad, objetividad y subjetividad, entre otros.

B. TEMA

El tema controversial o polémico que permita diversos puntos de vista o enfoques, de modo que los interlocutores puedan sostener variadas formas de resolución del problema en cuestión.

La finalidad de este tipo discursivo es convencer o persuadir a nuestro interlocutor de la validez de lo que se dice. Es decir, se le puede convencer con razones o bien se le puede persuadir por medio de los afectos para que adhiera a un punto de vista, o para que modifique sus opiniones o comportamiento.

Por lo tanto, es el considerado vertebral del debate, es nuestro referente.

C. PARTICIPANTES

Los interlocutores de esta situación comunicativa (privada o pública), son ambos protagonistas de ella (emisor-receptor), puesto que presentarán una determinada posición frente al tema polémico. El discurso argumentativo posee un carácter eminentemente dialógico, puesto que obliga al emisor y al receptor confrontar sus posiciones y argumentos.


D. CONTEXTO
           
El contexto de producción de un discurso argumentativo, o sea, el momento y el lugar en donde se realiza, será también parte determinante de su calidad; también el grado de formalidad de la situación, el tiempo del que se dispone, etc.


ACTIVIDAD I
Lee comprensivamente y, luego, identifica los elementos evidenciados del marco general en el siguiente fragmento.

TEXTO I

Existe un área del cerebro que actúa como un sistema de alerta temprana. Científicos de la Universidad de Washington han descubierto una capacidad que permite leer claves en el medio ambiente,  que para otros pueden ser imperceptibles, esta sería la que permite que algunas personas intuyan lo que va a suceder. Según ellos, esta habría sido la razón, por ejemplo, de que aborígenes asiáticos siguiesen a los animales que escaparon del tsunami en diciembre de 2004. Esto quiere decir que el cerebro humano tiene la capacidad para anticipar el peligro.



Modalidad

Tema

Participantes

Contexto



Continuando con nuestra unidad, es necesario esclarecer algunos conceptos previos de comprender y manejar su estructura interna.

En el proceso argumentativo se articulan una serie de propósitos y procedimientos que debes siempre tener presentes.

1. Nuestro objetivo central es convencer; es decir, nace a partir de un proceso racional y reflexivo, basándose, principalmente, en ámbitos científicos o de teorías del conocimiento. Además, supone un receptor pasivo que asimile lo dicho y no genera una controversia.

2. Convencer puede generar dos intenciones apelativas: Persuadir o disuadir. Acciones centradas en los “motivos” por sobre las razones, vale decir, es el ámbito del gusto y las convicciones donde los argumentos se articulan.

3. La persuasión es el llamado a ratificar o incitar a ejecutar o acceder a una visión de mundo.

4. La disuasión es apelar a evitar o negar una acción o visión de mundo.

5. Todo pensamiento argumentativo utiliza una serie de recursos (estrategias lingüísticas, tipos de argumentos, procesos lógicos del pensamiento, entre otras) que facilitan la eficacia comunicativa.

E. SITUACIONES ARGUMENTATIVAS

En términos generales, un discurso argumentativo presenta en su estructura global tres etapas, independiente de la modalidad que asuma (oral o escrita, preparada o espontánea). Estas etapas son:

INTRODUCCIÓN: Se presenta el tema, además, en ella se enuncia la tesis que se va a defender

DESARROLLO: Se exponen las razones o argumentos, es decir, es la parte central del discurso (cuerpo argumentativo)

CONCLUSIÓN: Consiste regularmente en una síntesis de lo antes expuesto o bien en una repetición de la tesis.

II- ESTRUCTURA INTERNA

A. TESIS O PROPOSICIÓN

Idea sostenida por alguien para defender su postura frente a un tema polémico. Se parte del supuesto de que es verdadera, pero eso sólo se demostrará a lo largo del desarrollo de la argumentación. De este modo, se puede señalar que la tesis no se remite a objetividades, sino a temas problemáticos, controversiales y dudosos.

Si ésta es una argumentación científica, la tesis es conocida generalmente como “hipótesis”, esto es, una suposición que se demostrará por medio de investigación y experimentación, si resulta verdadera, pasa a convertirse en una ley científica o teoría.

La tesis se plantea por medio de una oración declarativa con un verbo conjugado en modo indicativo:
“Los índices de delincuencia han aumentado en el último mes”

Ejemplo: “La nueva Bebida Xtreme acabará con tu sed”

Al emitir este enunciado, el hablante se ha expuesto a la incomprensión o a la oposición de su interlocutor, es decir, a una reacción que va desde la duda al rechazo. Esta oposición la expresará a través de una contratesis o contraargumento.
Esta contratesis también puede reducirse a una forma mínima, no verbal, por ejemplo, un levantamiento de cejas que manifieste sorpresa o dudas.

B. BASE O FUNDAMENTO

Apoyo verbal entregado a favor de la proposición, y apela a lo lógico racional o a lo emotivo o afectivo.
Generalmente, son datos conocidos por los hablantes, es una creencia compartida, un dato fáctico incontestable, pero que puede NO ser aceptado por el interlocutor.
Ejemplo: “El calor provoca sed insaciable, ¿qué harás al respecto?”

C. GARANTÍAS y PREMISAS

Fundamentos que se dan para explicar lo propuesto en la tesis, y que fue ampliado en las bases, por lo tanto, es el vínculo que une a las bases con la tesis, explicitando la relación entre ambas. Esto supone un salto, la tesis se transforma en una conclusión de la base. A menudo, la ley de paso permite al argumentador apoyar lo que dijo al principio, en una convención admitida, como es el caso de los lugares comunes o topoi (por ejemplo: la mejorar edad es la juventud, las mujeres deben quedarse en la casa, y atender a sus maridos, un hombre no puede decirle que no a una mujer, etc.)

Ejemplo: “Miles de personas ya están probando Xtreme”
“Su sabor es inconfundible”

D. RESPALDOS

Información corroborante que sostiene a las garantías. Proviene de todos los ámbitos del conocimiento, a los que podamos recurrir para fundamentar lo que estamos diciendo (ciencias, valores, moralidad, religión, cultura, etc.) En el discurso se traducen en ejemplos, citas, comparaciones, refranes, parábolas, gráficos, testimonios, estadísticas, anécdotas, etc.
Ejemplos:

“Testimonios de la vida real:
Pablo Mármol: ¡Desde que descubri Xtreme me olvidé de las otras bebidas.
James Ramírez: ¡E` BacaMM!


RECUERDA: Los elementos de la estructura interna son complementarios e interdependientes, por lo tanto en la construcción de este discurso se debe cumplir las características de cualquier texto: La coherencia y la cohesión.


SÍNTESIS:

TESIS
¿Qué opina el autor? ¿Qué se afirma?
BASES
¿Por qué lo afirma?
GARANTÍAS
¿Cómo lo evidencia o corrobora?
RESPALDO
¿Qué o quién puede confirmar esta información?


ACTIVIDAD II: Del TEXTO I identifica


TESIS


BASES


GARANTÍA


RESPALDO




ACTIVIDAD III: Lea el siguiente texto y complete lo solicitado.

TEXTO II

“Las personas altas y las bajas pueden culpar no sólo a los genes de su estatura, sino también a la época del año en que nacieron. Científicos de la Universidad de Viena realizaron un análisis entre la altura y los meses de nacimiento de más de 500.000 soldados del ejército austriaco, todos de la misma edad. Se encontraron diferencias notables entre los jóvenes que nacieron en primavera y verano o en otoño e invierno. La máxima altura se produjo en quienes nacieron en primavera y la mínima en los de otoño. La explicación es que la cantidad e intensidad de los rayos solares estimula la glándula pineal, responsable de la producción de la hormona de crecimiento. Esto adquiere especial trascendencia en los tres primeros meses de vida, cuando el crecimiento es muy rápido, y marca la pauta para el resto del desarrollo.



Tipo de argumentación:



Argumento 1:



Argumento 2:



Tesis:





III- TIPOS DE ARGUMENTACIÓN

El texto argumentativo puede presentar distintas formas de organizar los elementos que componen su estructura interna, teniendo siempre como objetivo que quede claro e inteligible.

Los principales tipos de argumentación son los siguientes:

A- Secuencial: Se argumenta desde una sola perspectiva, ofreciendo argumentos que aprueban una idea.

En este caso se trata de una sola tesis y una serie de argumentos que la apoyan

B- Dialéctica: Este tipo de argumentación es más compleja, ya que presenta tesis y contratesis, argumentos y contraargumentos; lo que indica que el autor ha asumido una visión bastante crítica. Se suele iniciar le texto con la presentación del problema, al que sigue la tesis o contratesis, continuando con la demostración y finalizando con la conclusión.